DOS
No éramos uno…
fuimos siempre dos,
el destino hilo fino
y a uno se lo llevo.
Ensombreció los días,
las noches oscureció,
haciendo segundos horas
con un alma se quedo.
No éramos uno…
siempre fuimos dos,
quedara un recuerdo
pero no una ilusión.
Que había florecido,
que creció y maduro,
murieron los sueños…
el destino se los llevo.
No éramos solo uno…
fuimos siempre dos,
tu alma… mi alma…
y un solo corazón.
Olga San Isidro