ROMANCE
Al igual que un incierto concertista
que en la noche interpreta una sonata,
el cielo se ha vestido de amatista
y en invierno descarga su tocata.
Musitas a mi oído, cual solfista,
los versos que embriagaban como nata
y yo cual aprendiz de sonetista
te recite un relámpago escarlata.
Me amparas, delicada violinista,
y la lluvia se vuelve serenata
que deleita a este amor seminarista.
Cada vez que te miro se desata
vendaval de pasión romanticista
que nos lleva hasta el cielo donde mata.
Olga San Isidro