No desde la obsesión por ti se puede
Alcanzarte, sino desde la entrega
Condicionada a ti, hasta que no quede
Nada tuyo que falte en mi bodega.
No desde la intención, que siempre cede;
No desde la oración, que nunca llega;
No desde la mentira, que se excede;
Sí desde el amor ciego y la fe ciega.
Y después de vencer tu resistencia,
Pareciendo que el resto viene solo,
Obrar, por no perderte, con prudencia,
La actitud invirtiendo del comienzo.
Y al cansarme de ti, quedarme solo,
Igual que el pintor ante un nuevo lienzo.
Miguel Barciela