WAIRIMU, NOMBRE EXTRAÑO
Todo paraíso engendra sombras.
Antes fui náufrago y mar
Hoy plenitud desértica en estas calles últimas
que recorro sin buscarte.
Soy mar más alejado, arena de coral muerto en donde no me reconozco;
tú me llegas desde aquel sitio de flamenco, madrugada y casi
adiós
pero hoy distinta vestida de paisajes
con piel noche y nombre extraño.
Agua es la vida que transcurre y tú allí
o yo aquí sin medida de tiempo.
No hay manecillas que imiten tanto inútil divagar
y Africa se me hace cotidiana a voces
sin la palabra extranjera que te hiciera más mía
sin el llanto siquiera por ser quien no soy aún.
Una vez tuve algo entre mis brazos y también fue agua
talvez fue lluvia y mojó mi cuerpo como una bendición
con una liturgia nueva, piel noche
y nombre extraño.
Mario Romera