LA SALIDA
En medio de la soledad
Nocturna y las ojeras
Que demuestran
La actividad febril
Durante la noche,
Los pensamientos oscurecidos
Por la falta de luz
Al final del gran túnel
Que atraviesa mi vida,
Las lágrimas que no se muestran
Pero en el inconsciente abren
Un surco que nada puede llenar,
Lágrimas de enojos,
De impotencia,
De pedir socorro
Con una voz que no se oye,
De solicitar ayuda
Al único que todo lo puede,
De comunicar
Que todo va mal,
Que sólo la presencia
De una mano amiga,
Alegra la vida mía,
Que después de todo
Merece la pena vivirla,
Porque siempre, siempre
Al final del túnel
Hay una maravillosa salida.
Y lo sé,
Y lo creo,
Y vendrá,
No sé cuándo,
No sé cómo,
No sé dónde,
Pero sí vendrá,
Deseo creerlo,
Deseo verlo,
Y lo veré.
Oh, Dios mío,
Siempre a mi lado tú,
Para que no pierda el ánimo,
Pero el abismo es tan negro
Y el túnel tan largo
Que, a veces,
Muchas veces,
Decaigo, sufro, lucho,
Desespero y muero,
Porque la carga
Es demasiado larga,
Y mis fuerzas se acaban.
Sé que el túnel
Tendrá su salida,
Y la luz de la alegría
Será tan profunda y clara
Que borrará las ojeras,
Las luchas, las penas,
Las noches de insomnio y vela,
Las fatigas del alma mía,
Y veré la salida,
La maravillosa salida.
María Dolores Ouro Agromartín