AMOR IMPOSIBLE
Éramos jóvenes
¿te acuerdas?
Cuando te amé
Por primera vez.
En medio del infierno
Tú eras mi paraíso;
En medio de las riñas
Cotidianas que se sucedían
Día a día en mi hogar
—si se pudiera llamar hogar—
tú eras mi bálsamo;
en medio de las tormentas de injurias
tú sólo decías palabras bonitas;
en medio de mi triste vida
tú eras mi alegría.
Eras el amor a primera vista,
Las primeras caricias,
Los primeros besos,
Los primeros abrazos,
El primer trato humano
¿cómo no recordarte?
Los años pasaron
Y tú te fuiste con ellos,
No por voluntad propia
Sino por las circunstancias de la vida,
De la vida que me rodeaba,
De las fieras salvajes
Que con ansias de sangre
Querían devorar
El gran destino que nos prometía
Tu gran dedicación
Y nuestro gran amor.
Pero estos fantasmas
No pudieron apagar
Ni tu llama encendida
Ni mi imaginación perdida.
Y la vida nos dio la razón
De lo inútil de la separación,
Pues tú sin mí no vivías
Y sin ti mi corazón no latía.
Tu vida transcurrió en el vacío
En el alcohol de la melancolía,
En la vida familiar aburrida
En el soñar día a día,
La mía no fue mejor
Pues no encontré el amor,
Sólo el odio y la desesperación,
De mi triste hogar la continuación.
Y ahora que han pasado los años,
Libre tú, sin compromiso yo,
Rotas nuestras vidas,
Las ilusiones perdidas
El reencuentro anhelado
—sucedió—.
Sólo nos vimos, pero bastó,
Para recrearnos en nuestro mutuo amor,
Los vientos de la vida,
Las lluvias de la desesperación
No pudieron apagar
Ese primer amor.
No pudimos hablar,
Otra vez las circunstancias de la vida,
Pero al menos nos miramos,
Y eso bastó
Para echarle leña
A ese sentimiento
Que un día creció.
Mi más íntimo deseo,
Si hoy me lees, amor,
Es que tengamos un encuentro,
A pesar de las arrugas y el tiempo
Y volvamos a recrearnos
En ese imposible anhelo,
En ese rodar del tiempo,
En ese amor imposible,
A recordar los primeros tiempos,
Recordar los momentos pasados,
Y quizás volver a hablar
De amor,
Ahora libres,
Sin obstáculos,
Sólos tú y yo.
María Dolores Ouro Agromartín