ANGUSTIAS
«No te alejes de mi porque la angustia está cerca».
Salmos 22:11
Acabo de ver tu inscripción
Cristiano fiel,
¿quién eres? ¿cómo te llamas?
No lo sé.
Sólo puedo contemplar
Tu mano que tiembla
Mientras escribe
Lo que tu alma siente.
—Yo también.
Siento el frío de la caverna
Que te han puesto como dormitorio,
Siento las venas que se me hielan
En este triste lugar,
Siento que la vida se me agota,
Que no veo, no veo nada,
Sólo la tierra dura,
—es mi cama
¿cuál fue tu crimen cristiano fiel?
Siento angustia como tú,
De vivir la muerte en vida,
Quizás es más dulce el descanso
De esta pesarosa vida,
Que vivir aquí, marginado,
Sin luz, sin agua, sin comida,
Esperando el momento
De ser manjar apetitoso
De un león hambriento.
Dime... ¿qué has hecho?
Si tu crimen es adorar al Invisible,
No te importe morir,
Dar la vida a aquél que en la cruz
Sintió angustia también por ti.
Si tu crimen es amar y servir,
Al Jesús anotado en la pared,
Con lágrimas, con sudor, con hiel,
No tengas temor de la muerte cruel
Que aquél Jesús está contigo,
Cristiano fiel.
Si tu crimen en vivir
Como un cristiano fiel,
No te angusties,
Mira la última vez
Que Jesús te miró
Con amor en aquella cruz,
Que murió por ti,
Y que sonríe al verte feliz.
Sufre con paciencia
El camino a seguir,
Jesús lo recorrió antes por ti,
Piensa que la muerte
Es sólo el descanso
De la angustia de tu alma,
Y que la puerta del paraíso
Se abre ante ti,
Por ser fiel, por luchar,
Por servir al Maestro, cristiano fiel.
Pero yo sigo con angustia,
Toco tu inscripción
Y pienso que tú ya has descansado,
Pero a mí me toca vivir,
No sé si la tortura o la muerte,
Pero si sé que tus palabras,
Cristiano fiel,
Me ayudarán en el camino
A seguir.
Odiosa caverna
Que los hombres malos
Inventaron para aprisionarte,
Pero tu alma,
A través de la oscuridad sin vela,
A través de las enanas rejas,
Vuela siempre al encuentro de Dios.
Oh, Dios mío, angustia,
Angustia sintió el Salvador,
Cuando la hora de su muerte llegó,
Pero pensó en ti, cristiano fiel,
Y en tu muerte y en tu amor,
Y sonrió en medio del dolor.
Piedra fría,
Viento helado,
Caverna oscura,
Pasillo angosto,
Una tras otra caverna
León rugiente,
Suelo ardiente,
Oh, cristiano fiel,
Aquí descansa bajo mis pies
Tu polvo angustiado,
Pero al fondo contemplo la salida,
Unas escaleras hacia la vida,
Hacia el sol, hacia la luz,
Hacia Jesús,
Donde jamás la angustia
Llenará tu alma,
Sino la paz y la compañía
De los otros cristianos
Que, como tú,
Fueron fieles hasta la muerte
Aguardando la esperanza bienaventurada
De vivir por siempre,
Libre de angustias
En el cielo con Jesús.
Animo, compañeros,
Nos veremos pronto,
Lucharemos aquí
Para vivir eternamente allí.
“Porque no menospreció... al afligido, ni de él escondió su rostro, sino ... que lo oyó”
Salmos 22:24
María Dolores Ouro Agromartín