MÁRCHATE ESPÉRAME
Márchate espérame en la tuerca advenediza del reloj
dice la calma posada en el atril de las quimeras
mientras pretendes despojar la noche de escalones
hundido en el abrazo letal de su forraje.
Márchate espérame el paso resbalado en su pesada eternidad
con legiones de vueltas autocráticas
clavando sus muñones en los sueños.
Deshoja el mar y cárgalo en tu hombro,
recuérdame en tu andar de nombres que marcaron la estampida.
Márchate espérame camino de otra cerrada sepultura.
María Eugenia Caseiro