DEDICADO A LAS VÍCTIMAS INOCENTES DEL 4 DE SEPTIEMBRE DEL 2004 EN UNA ESCUELA EN RUSIA
Hoy no importa el azul.
Hoy he visto negro en las cornisas agrietadas de ojos parpadeantes;
lánguida esencia de la lluvia crecida en los cuerpos inocentes.
Hoy no importa el azul
para llevar el luto en el forraje calcinado que arena el corazón;
y el salto,
siempre ese salto de la vida a la muerte que nadie espera
brutal,
que arranca de cuajo la sonrisa y la lanza sobre la humedad de esos ojos
ojos hambrientos que guardan las persecuciones de las rosas,
con los brazos cortados,
cuando todos los tejados y las casas,
y los vientos,
se apresuran a gemir su coro de dolores hechos a la imagen del polvo.
Ahora, llevo en mis hombros el peso de esos ojos sin amaneceres.
septiembre 4/04
María Eugenia Caseiro