THE KETTLE'S CHIME
En la esquina, la fábrica cerrada
semeja un fantasma escarchado y macilento
la cafetera silva un Vivaldi en la cocina
reclamando la solemnidad de la hora
por cada grieta se filtra el delicado aroma
que ha paralizado la ciudad inesperadamente
los recuerdos pertenecen a las calles
a los balcones dormidos con sus diademas enrejadas
pertenecen a otros que anónimamente
van dejando huellas de pasos y cadencias
que se amalgaman en la parálisis
de la serenata diurna que me pasma
arde la punta del mandil
a puras sacudidas y espantos
el olor del café recién colado
ya no es aroma sino chamusquina
que convoca de nuevo al movimiento
los recuerdos de otros son mis recuerdos:
estrépito de zancadas por los pasillos
obreros que se desprenden de sus cascos
devorando loncheras, y más tarde
abren sus bocas exhalando el vaho
de la comida elaborada en la mañana
La sirena de la fábrica aúlla en mis sueños
preparándome para un nuevo concierto.
septiembre 4/04
María Eugenia Caseiro