ERA UNA ESPECIE RARA
Como la lágrima de un dios
que hubiese engendrado las aguas
como la ciega luz de la nada
que hubiera alumbrado el todo
era una sustancia suma y rara
esencia sin fin —mas precisa—
solitaria y a la vez concebida
en mares lagos ríos y remansos
solitaria y a la vez conocida
sombra de su propio hacedor
era fija y distante reflexión
de una estrella azul y fenecida
era un diminuto ser en vía
de cambio y permanencia
su mismo cuerpo era su vientre
su misma sangre era su mente
era una célula-óvulo a la orilla
indecisa entre la tierra y el mar
privado protozoario del nadir
privado de principio y de fin...
León Leiva Gallardo