II. HIERRO DORMIDO SOBRE CORRIENTE DE AGUA
Hierro dormido sobre corriente de agua
ayer por fabuloso habla con las doncellas,
charla con mastelero: que no rompe con viento.
Observa en la plaza molinete amado;
y reconoce rostro tan pronto se asoma.
Y cuando asomándose la centella queda
sobre las nubes siempre esos botones vida,
escapa todo dicho, despierta el cenit.
Sí, emiten los puentes la sombra de higuera;
palomita celeste qué llevas en tus alas.
Porque cuando te miro rezagada sonrisa
te espero en los días cansados y volcados,
el gigante es contigo, y es tu alimento.
Con un soplo corta brizna seca, inmóvil;
para darle de nuevo: ¡Ay! la vida eterna.
José Pómez