I. NO PODRÉ OLVIDARTE
No podré olvidarte
pequeña dama;
¡Ay! todo lo comparte
porque nos ama.
Con tu dulce mirada,
risas benditas;
mujer, roca salada
donde habitas:
Es vida verdadera:
realidad;
es gozo que libera
en la verdad.
No existen las sombras,
me dijiste un día:
luz de mis sombras,
mi alegría.
Como quieres a tu hija
Así te quiero
Cuando no te exija
llena granero.
Y en mis recuerdos
mientras que viva;
serán esos recuerdos
memoria activa.
Tu estado lo indica,
nunca estás caída;
madre que purifica
soplo de vida.
No, podré olvidarte
mujer de acero;
no podré olvidarte
porque te quiero.
José Pómez