NIÑA Y SOL
A Sofía
Niña suave, tal vez no sepas
que te vi subiendo las praderas
alegre y risueña.
Niña bonita, oí que cantabas
ayer, humilde y sincera
y no la viste,
no viste la fanática floresta.
Niña suave y blanca,
tú juegas con las luces
muy temprano en la mañana.
Jovial trinar, arena delicada,
la tarde imitando la mañana.
Tú inspiras a las flores,
niña, ansiosas siempre te escuchan.
Siempre pregunto a la luna
cómo serás en la noche,
niña suave, serena y pura.
Y la luna te mira con ternura:
con voz baja me responde.
Jorge Antonio Pérez Hernández, 5 de noviembre de 2002