EDITH
A Edith
Mirarte es conocer la estrella sin verla:
verte es tenerte constelada,
saber que no te escondes lejana
y descubrirte entre prados de soles
un rocío sereno de la cálida noche.
Si estás habla la luz y todo su horizonte,
ya no es el alba ni su estratagema
un brillo en la mañana:
uno solo es, y es tan sólo tu mirada.
Verte sonreir es sentir la ola marina
barrer la tierra en la montaña:
tu sonrisa es la marea sosegada
que descubre la arena tendida
bañada en frescos cristales de agua.
Un gentil silencio llena los lugares
cuando estar callada escoges,
y verte silenciosa entonces
es incansable momento
para ver nacer el universo.
Tu cabello nació entre los vientos
que alguna vez arrullaron la luna,
y yo, que acaso te veo
pasar como un cometa sigiloso
suspiro, con todo el alma:
así siempre te conozco.
Jorge Antonio Pérez Hernández, 22 de octubre de 2002