PARA A...
¿Qué si existen los Ángeles?
Me preguntas si te miro...
entonces me callo un instante y exhalo un suspiro.
Te contesto:
—“¿Que si existen los Ángeles?”
Les veo cada vez que te beso y si te miro. Siento sus fuerzas en mis manos cuando rozo con ellas tu piel, y por mis venas, corren
ríos de la alegría y la paz que solo los Ángeles de alma pura suelen dar.
Cuando me hablas sus cánticos puedo escuchar, y cuando me abrazas, puedo sentir que la inocencia te sale por los poros a flor de piel, al igual que a ellos.
Claro que existen los Ángeles, tú eres uno de ellos... tú también tienes grandes alas hermosas que apuntan hacia
el cielo, ¡Sin importar que tan lejos de mí te lleve el viento!
¡Yo soy, tu pecado humano!
¡Yo soy, tu pensamiento!
Jael Uribe