HEREDAD
Me duelen tus cajitas incendiadas
Los cerezos que no viste
esa risa de tu hijo
que chorrea por la pieza
como si estuvieras viva
como si no hubieras muerto
Acabaste tan pequeña
entumecida casi pájaro sin alas
con tu piel de suave raso
que se iba
que se iba
Nadie escapa de los sinos
El delirio de la muerte
en cascadas te arrebata
origina mundos nuevos
tan intensos
Son cuchillos
Son agujas demenciales
Es mi cuerpo que en tu cuerpo se termina
Ahora no sé si soy un sueño
si vivo o ya muero
Qué es real
tus manos claras anilladas
por cenizas
o esta cábala sin dueño
de no ser
si
no
estás tú
Ingrid Huet
Cantata para una hija difunta. Ed. La Trastienda. Colección Pez Volante. Santiago. Chile 2005