A LOS POETAS FALLECIDOS
Poetas nobles, de grandeza suma,
Que sembraron semillas de bonanza
Bajo los rayos del sol y de la luna
Para ver florecer la fe y la esperanza.
Con la lumbre inmortal de Atenea,
Entre vientos de odio del hermano,
Construyeron barricadas con ideas
En la mente del pueblo soberano.
Unión, unión, unión, fue el ideal
Que impregnaron con gotas de rocío
En conciencias con alma nacional
Para saciar la sed en el estío.
Tras el brusco sonar de las metrallas
En verde llano y en montaña espesa
Expresaron su dolor a los canallas
Con gran valor civil y con firmeza.
Hoy sus huellas están en el camino
Que conduce a la cima de la gloría
Y señalan a los bardos el destino.
Héctor José Corredor Cuervo