LII
Cae la tarde, el perdón, una niebla
suburbana. Tu pena es solidaria
con el dolor de todo lo que nace.
Es sencillo tu mal:
crece como la barba y el cabello,
como malezas de un bosque difunto.
La boca abierta a las estrellas,
lloras como el caballo de Guernica.
Guillermo Pilía
Incluido en Antología poética (1979-2000).