LI
En esta tarde limpia nadie quiere
morir de desamparo: ya se fueron
los años de epidemia.
Las llagas devoraron las falanges,
algunos ojos; quien más o quien menos
conserva carcomido el corazón.
Ahora son ausencias,
agujeros o pozos que desnudan
la lámpara interior;
cicatrices que deja la navaja
en el cuerpo del pan.
Guillermo Pilía
Incluido en Antología poética (1979-2000).