SANGRE QUE BROTA
Ayer no me miraste,
intentando taponar la sangre
que brota de tu herida,
creyendo que te curabas mejor sola.
Yo, así, no puedo, necesito de tu cura,
fíjate hasta que punto te necesito
que mi sangre se esconde
cuando intenta curarme otra.
Felipe Evaristo Gómez Pescador