Siempre que avanzo en la tibia ilusión de tu sueño
percibo los nuevos signos de la ciudad amurallada
y mantengo vivo el rocío en mis alas
transfigurándome en tu ventana
imitando al silencio y al vacío
y vuelvo al campo y no a los caminos
y mis pasos ahuyentan aves y acercan mariposas
y no sé si soy yo o el paisaje'
porque algo ha de existir sin mis ojos
algo lejos de la oscuridad y de las sombras
en la delgada piel que rezuma un agua
que mis peces no conocen.
R. Arturo Espinoza Neyra