INSOMNIO
En mis largas noches depresivas
veo sin cesar tu cuerpo a mi lado
torciéndose en deliciosa caricia
y amando mis restos frustrados.
Traigo hacia mí la almohada
y la aprieto contra mi pecho,
quedando así cabecera y lecho
con un alma disgregada.
Está vacía mi cama...
está vacante tu espacio.
A mi derecha tú faltas,
¿Recuerdas? ¡Es tu costado!
Pero una sombra de ti aún queda,
sé que tú también duermes sola.
Veinte años es larga vereda...
ya son veinte que arrastra la ola.
Y aunque níveo mi pelo se torne
porque tú también me amas
seguirás durmiendo conmigo...
Te veré llegar, y aunque torpe
te acostarás en mi hamaca
y habrá acabado el castigo.
Ernesto Borge