I
AUTORRETRATO
Seamos académicos y empecemos
por lo físico:
una calva inapropiada
y ochenta kilos de peso.
Mi infancia son recuerdos
iguales a los de tantos:
Tuve un fuerte y sus soldados,
las clases, los amigos,
incluso un gran amor inolvidable.
Lo quise todo en cada hora:
escritor, literato, político,
periodista, traductor,
Bécquer, Juan Ramón,
Dámaso Alonso.
Luego todo fuese y no hubo nada.
Y ahora que el poema va acabando,
una cosa me queda que decirles:
sigo siendo enamorado de quien siempre.
Eduardo del Pino