Cada árbol que plantaba
era una canción que cada día
debería llegar a ti
a través de todas las ventanas.
Cada árbol que plantaba
era un sueño de futuro
un regalo.
Cada árbol que plantaba
era la esperanza de un recuerdo
una posibilidad más
para jugar a la inmortalidad de lo nuestro.
David Pérez Pol