ANAGNÓTENES
Soy miembro de una cofradía de eruditos
Que nació antes del códice y el papiro.
De barro fueron los primero signos infinitos,
Hoy el aroma de la tinta respiro.
En la cofradía aprendí a gastar las letras con los ojos.
Nada más sé hacer. Yo no escribo, interpreto
Los caracteres —a veces negros, a veces rojos—;
Yo leo el arte del libro incompleto.
De mí depende la fama del poeta,
No de su talento. Yo soy señor y juez
De las letras de los libros, soy rector
Del significado oculto y la intensión secreta,
Soy quien revive momias (y he matado sanos alguna vez),
Soy alquimista y exegeta. Soy, lo sé, un lector.
César Lizárraga