VIII
De los carboneros aprendí la palabra,
entendí la llave,
se entregó mi nombre en fanega ambulante.
De los carboneros fui pica, agalla, esfuerzo;
en las tardes plenitud y negro
aferrados a los rostros reflejados en el poniente,
con silencios de esposo, con esfuerzos de padre,
con linaje cansado y perdido.
Alonso Véner