¡UN GRAN DOLOR DE PARTO!
Yace su mirada continental
entre anárquicas abluciones de hielo;
su blanca soledad es como un cielo
que trepida de llanto virginal.
Un resfrío cuaternario viral
que solidificado hasta el pelo
ya derrite poco a poco el anhelo
de eternizar su estampa abismal.
Y las corrientes querrán desollar
los fetos de la madre continente
homologando el ritual de matar.
Y la Antártida ¡cual madre doliente!
desovará sus preñeces al mar...
¡Cumpliendo un oráculo del oriente!
Alí Al Haded