MECÁNICA DEL FUEGO
a Oscar Carlquist
Muerta y renacida varias veces bajo la maraña de los pinos
anduve en el camino de las brujas,
descalza,
respirando
la palabra azul de las frutillas.
Escuché las voces de la herrumbre y de los muertos
que andaban por los huecos de la noche,
traspasados
por el crujir perpetuo de la piedra.
Los coros estelares se alargaron,
los vaticinios de octubre conocieron las edades
tatuadas en los brazos de los saucos.
En los claros otras veces, frente a alguna hoguera
danza enfurecida en la sordidez del bosque.
Tiempo zurció arrugas en secreto,
se llevó las rotaciones a la boca
y escupió tres puntos suspensivos.
En aquel sistema del mundo eran los días
de un violeta negro color baya silvestre.
Luego volví a casa
con alguna sombra amarrada a mis tobillos
y cuando se apagó la última luz
supe que morir es la mecánica del fuego.
Adelaida Caballero