DICE EL MARQUÉS DE SADE
Justina tu belleza me marea
cuando me tiendo en tu cubierta tibia
que al ritmo del placer se balancea
como un barco en el mar de la lascivia
Mi cuerpo en llamas y tu carne nívea
zarpan a toda vela hacia el Edén
y olvidamos fundidos quien es quien
cuando mi plenitud en ti se alivia
Muerdo después tu cuello por detrás
y dices que quisieras mucho más
pues lo que abunda en el amor no daña
Y enloquecida ardes como estopa
si mi proa procaz entra en tu popa
y penetra hasta el fondo de tu entraña
Óscar Hahn