TÓTEM
¿merezco su presencia?
¿Me sacaré el sombrero?
Bien plantado en la tierra,
las nubes se enmarañan en sus duros cabellos.
Me detengo y escucho.
Sus millares de manos
rasguean en el aire una canción de lluvia:
“El clamor de lo verde”.
Torna luego a la calma.
Aunque vive tan alto que ignora mi existencia
no quiero perturbarlo.
¡Quién pudiera decirme si es un dios o es un árbol!
Oliverio Girondo