NOCTURNO 7
La noche, navegando
como ayer,
como siempre,
por aguas de silencio,
de calma,
de misterio.
Y el campo, las ciudades,
los árboles,
lo inmóvil,
rodando por el aire,
como ayer,
como siempre,
a miles de kilómetros,
hacia el sol,
hacia el día,
para seguir de nuevo,
sin descanso,
sin tregua,
el mismo derrotero
de oscuridad,
de estrellas.
¡Qué motivo de asombro!...
¡Cuánta monotonía!
Oliverio Girondo