UNA TARDE DE LLUVIA
Sobre el Betis tendidas como un velo
Mira esas nubes deshacerse en llanto:
Puras las rosas, su capullo en tanto
Con más pompa y color abren al cielo.
Soltara empero el huracán su vuelo
Y so el crujir de su encendido manto,
Gruesa avenida vierais con espanto
Tronchar las flores y arrasar el suelo.
¡Así acontece al corazón, Señora!...
Flor que con blanda lluvia de tristeza
Balsámicos perfumes evapora;
Mas si el cierzo desata su crudeza,
Del torrente la furia asoladora
Troncos deja no más... ¡cieno y maleza!
Nicomedes-Pastor Díaz y Corbelle