INQUIETUD
¡Lima sorda, lima lenta!
¡Cuándo vas a dar de mano?
No es lucida tu constancia;
está en los suelos el árbol
y es torpe cosa ensañarse
con el que está doblegado.
¡Lima sorda, lima lenta!
No puedo volver el paso
y hacer lo que ayer no hice,
ni borrar lo consumado...
¡Lima sorda, lima lenta!
¡Instrumento carcelario!
En vez de limar las rejas
y los grillos del penado,
índice ciego te guía
y vas comiendo mis manos,
mi voluntad... y el camino
me va pareciendo largo...
Como subida arenosa
para los pies de un anciano.
José Moreno Villa