XX
MANOS
Tus manos, las que abrieron a los ciegos Lucas IV, 40.
los ojos, los oídos a los sordos;
las que a la hija de Jairo levantaron; Mateo IX, 25; Marcos V, 41; Lucas, VIII, 54.
las que en toque de amor como una brisa
de los niños las sueltas cabelleras
acariciaron; las que repartieron
en tu cena nupcial al despedirte
tu pan que era tu cuerpo, hoy son dos fuentes
que manan sangre. Cae sobre los ojos
de los que ven; cae sobre los oídos
de los que oyen; sobre los cabellos
de los niños también. Y llueve sangre
de las manos del Cristo taladradas
a tierra que fue manos pedigüeñas
antaño y aún a Dios se alzan pidiendo
que les devuelva pordiosera vida.
¡Y con ellas apuñas sendos clavos
manejando los remos de tu cruz!
Miguel de Unamuno