V
FRENTE
Tu frente es el hastial de la basílica
que es tu cuerpo, y al sol de los caminos
se atezó; frente al cielo y las montañas
empolló tus celestes pensamientos,
que brotaban cual flores de los campos
—clavelinas, margazas, amapolas...—,
para dar por semillas y por frutos
en primavera nueva nuevas flores;
y no perlas—guijarros relucientes—
recias y escuetas que una vez talladas
engarza en aderezo el lapidario.
Paradojas, parábolas y apólogos
florecían lozanos de tu boca;
no silogismos, no pedruscos lógicos
al cuello de la mente cual collar.
Miguel de Unamuno