LXXX
SALUD NO, IGNORANCIA
Te vuelves ya de un lado, ya del otro,
en busca de reposo; ni a la izquierda
ni a la derecha le hallas, que es un potro
la cama para ti. Pero recuerda
cuando en tu vida pública perores
que esa dolencia a muchos les consume
el alma triste, y no se la empeores
con fáciles diatribas. Quien presume
de consecuente es como el hombre vano
de su salud que al pobre enfermo insulta
haciendo de sus fuerzas arrogancia;
un día cae el presumido sano,
en la pizarra se le ve y resulta
que no era su salud sino ignorancia.
Salamanca, 21-X-1910.
Miguel de Unamuno