Viene a mi triste corazón la ignota
Viene a mi triste corazón la ignota
voz de un recuerdo a despertar mi pena,
y su difunta voz en mí resuena
con nostálgico son de arpa remota.
Bajo su influjo, de mi vida brota
ingrata historia de amargura llena,
y la fe queda en mí como en la arena
de una playa de mar un ancla rota.
¡Oh recuerdo! Tú tienes el encanto
de avivar en mi ánima la fútil
luz de un idilio que murió entre llanto.
Y por sutil afinidad encuentro
que tú eres hoy como la llave inútil
de un alma infiel que se ferró por dentro...
Miguel Rasch Isla