YO ME PREGUNTO, MADRE...
Yo me pregunto, madre: ¿No se gasta la pila
que la sutil luciérnaga para alumbrarse tiene?
¿Y tampoco concluye —cuando la araña hila—
el misterioso ovillo que encubierto mantiene?
¿En qué forma se ensartan anillos las orugas;
bolitas coloradas —por ojos— los conejos;
abrigos con recuadros se buscan las tortugas,
y en lerda marcha atrás se mueven los cangrejos?
¡Saber! ¡Saber! ¡Saber! Si es cuello de algodón
el que se anuda el cóndor o si usa de almidón;
si el parlanchín lenguaje de la locuaz cotorra
es remedo del nuestro; si la pícara zorra
es tan inteligente como sabio mi padre
—aunque calla—, y tú cuentas cuánto pregunto, madre!
Marilina Rébora
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Incluido en No me llames poeta. Albora, Buenos Aires, 2001. I.S.B.N. 987-988-72-0-4.