MADRIGAL
Y no será una noche
sublime de huracán en que las olas
toquen los cielos. Tu barquilla leve
naufragará de día, un día claro,
en que el mar esté alegre...
Te matarán jugando. Es el destino
terrible de los débiles.
Mientras un sol espléndido
sube al cenit, hermoso, como siempre.
Manuel Machado