LA ESMERALDA DEL SCIRI
I
Moribundo, ya vencido
por el Inca Huayna-Cápac,
yace el señor de los Sciris,
el valiente y noble Kacha.
Mas si pierde reino y vida
el magnífico monarca,
no depone un solo instante
su altivez ni su arrogancia.
—«Escuchad, vasallos míos:
que el vencedor de mi patria,
que el gran Inca nunca ciña
a su frente la esmeralda.
II
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Ornad la frente de mi hija,
elegid por reina a Pacha».
Como rayo en la tormenta
cruza el Inca Huayna-Cápac
y a los pies del muerto Sciri
tiene el vuelo de su planta.
Mas queda pálido y mudo,
que en la fría sien de Kacha
no brilla el rico tesoro,
la codiciada esmeralda.
III
Allí en la corte de Quito
resplandece y brilla Pacha
como flor en los jardines,
como nieve en las montañas.
Cámbiase el odio en amores,
que el poder de amor alcanza
donde no llegan los odios,
donde no llegan las armas.
Manuel González Prada