LOS AMANCAES
I
Fuimos siete adolescentes,
siete Vírgenes del Sol,
que manchamos la inocencia
con la culpa del amor.
Siete Príncipes hermanos
de invencible y dulce voz,
cautivaron con su hechizo
nuestro frágil corazón.
Perecimos en las llamas,
y el benéfico Hacedor
en humildes, tiernas flores
compasivo nos trocó.
II
Fuimos siete adolescentes,
siete Vírgenes del Sol,
y amarillos, solitarios
amancaes somos hoy.
A los Príncipes llamamos
con eterno y casto ardor,
que si perdimos la vida
no perdimos la pasión.
En el día y en la noche,
con las ansias del amor,
esperamos, esperamos,
y Ellos ¡ay! no vienen, no.
Manuel González Prada