ANTE EL COSMOS
Esquema rítmico
oó|oooó|o-oó|oooó|o
Velando en el silencio de la noche constelada,
volvía yo mis ojos a los piélagos del Éter;
Orión resplandecía sin rivales ni señores,
monarca de monarcas en el mundo sideral.
Los soles rutilantes, los espacios infinitos,
al peso me abrumaron de su pompa y su misterio.
Oh Tierra ¿qué valías en la escala de los orbes?
¡Oh burla de los astros! ¡Oh luciérnaga sin luz!
Y ¿el hijo de tu lodo, tu parásito soberbio?
Palpé tan desvalida la existencia de los hombres
que, henchido de insondable, fraternal misericordia,
maldije la desgracia de nacer y vivir.
Sentí que en lo profundo germinó de mis entrañas
piedad a las estrellas, compasión al Universo;
oír me parecía retumbar en las alturas
el grito inconsolable de la inmensa creación.
Acaso en los planetas y las lunas de otros soles
entrañas hay heridas, carnes hay despedazadas.
Patíbulos del hombre ¿no serías por acaso
la joya de los cielos, el planeta más feliz?
Manuel González Prada