LA NEVADA
(Ritmo sin rima)
¿Llueve en pétalos de lirios deshojados en las nubes
o cadáveres de blancas, diminutas mariposas?
Se diría que al empuje de tormentosas siderales
las lejanas nebulosas se desprenden a la Tierra.
¡Es la nieve! Se destacan las llanuras y los montes,
como muertos escondidos en los pliegues del sudario.
En un piélago sin islas vuela un ave fatigada;
yo, en un páramo de nieve, solo voy y taciturno.
Taciturno voy y solo, mientras sigue y me persigue
la tenaz y la implacable sinfonía de lo blanco.
No es el día ni la noche, no la tarde ni la aurora:
es la triste blanquecencia de selénico paisaje.
Mas, de pronto, desgarrando la espesísima nevada,
en azul girón de cielo brilla el disco de la Luna.
Dime, oh reina de la noche, si en tu lánguido semblante
palideces hay de vicios o blancuras de inocencia.
Con mis plantas en la nieve, con la nieve en cuerpo y alma,
soy cadáver pisoteando la mortaja de un cadáver.
En los seres y las cosas reina el frío de la muerte,
y es la luna el epitafio de mi pecho y de la Tierra.
Manuel González Prada