GUNNAR
Karl Simrock: «Die Edda» Mord der Niflunge
En pavorosa torre, maniatado,
entre un bullir de víboras y sierpes,
yace Gunnar, el noble Nibelungo,
el orgulloso vástago de reyes.
De inspiradoras llamas encendido,
el arpa coge con los pies el héroe,
tañe las cuerdas y modula un canto,
el arpa de los bravos y los fuertes.
Suena el arpa tan dulce y armoniosa,
vibra la voz tan grave y tan solemne,
que tiembla el ancho muro de la torre
y los fieros reptiles se adormecen.
Inmóviles dormitan los reptiles;
mas una sola víbora, rebelde
al doble hechizo de la voz y el arpa,
el corazón del Nibelungo hiere.
¡Gunnar, Gunnar, las penas de la vida
al son de los cantares se adormecen;
mas el amor —la víbora implacable—
desoye cantos y nos da la muerte!
Manuel González Prada