RITMO SIN RIMA
Surge el Sol de rojo piélago,
brillan nubes de ámbar y ópalo
en la azul inmensidad:
oh mañana de alegría,
eres tú la fiel imagen
de la plácida niñez.
Fulminando vivas ráfagas
el fecundo Sol del trópico
se detiene en el zénit:
deslumbrante mediodía,
eres fúlgido traslado
de la ardiente juventud.
Se deshojan mustios pétalos,
y en lejano mar de púrpura
agoniza y muere el Sol:
noche triste, noche negra,
eres lúgubre trasunto
de la yerta ancianidad.
Universo, regocíjate,
que en la nieve de las cúspides,
ya renace nueva luz;
hombre, gime y desespera,
que a la noche de tu vida
nunca sigue un nuevo Sol.
Manuel González Prada