ESPENSERINA
En el oasis de la vida humana,
el árbol del amor se mece al viento,
brindando a la dispersa caravana
abrigo, fruta y perfumado aliento.
Oh caminante que ávido y sediento
quieres al árbol demandar tributo.
Rechaza la impulsión del sentimiento,
si huir deseas de pesar y luto:
el árbol es hermoso, envenenado el fruto.
Manuel González Prada