RONDEL
Tiene la Luna caprichos de niña,
y es la voluble coqueta del cielo,
que ora se viste de cándido velo,
ora se envuelve con negra basquiña.
Cuando no besa a la ardiente campiña,
corre a mirarse en el lago de hielo:
tiene la Luna caprichos de niña,
y es la voluble coqueta del cielo.
Si provocante los ojos nos guiña,
pronto nos huye con rabia y recelo;
quiere hoy al joven, mañana al abuelo;
y aunque de niere sus témporas ciña,
tiene la Luna caprichos de niña.
Manuel González Prada