LA NUBE
Con el primer aliento de la aurora,
abre la nube su cendal de nieve,
las frescas aguas de los mares bebe
y de rosado tinte se colora.
Ora impelida por los vientos, ora
acariciada por el aura leve,
con serpentina ondulación se mueve
y la serena inmensidad devora.
Al divisar en bonancible suelo
olas de mieses y tapiz de flores,
sonríe, goza y encadena el vuelo;
Mas al mirar asolación y espanto,
odios y guerras, muertes y dolores,
lanza un gemido y se deshace en llanto.
Manuel González Prada