ORACIÓN PARA CLAMAR POR LOS OPRIMIDOS
4
¡Oh! ciudad de la sangre,
con mariposas negras
y pájaros de incendio en el crepúsculo.
¡Oh! ciudad de la sangre,
con hormigas rojas
que lavan su hartazgo de muertos
en los pozos de lluvia.
¡Oh! ciudad de la sangre,
con voces rotas de clarines
y banderas desgarradas.
Escuchad este grito
de alerta entre las llamas:
Él hablaba de paz
y amor en sus parábolas.
Buscad su voz
perdida entre las rutas
altas de la montaña.
Manuel Felipe Rugeles